sábado, 23 de febrero de 2008

San Juan de Gaztelugatxe

Este verano pasado, antes de bajar a Andalucía, Joseba planeó una excursión de un día con el fin de mostrarme todos los entresijos y parajes sorprendentes de su tierra. Estuvo recapacitando entre varias opciones, y finalmente me metió en el coche sin decirme siquiera donde íbamos. Mis dudas iban en aumento a medida que avanzábamos más y más kilómetros, más y más bosque...más y más lejos. Finalmente, paramos a un trecho del lugar en cuestión, y con una sonrisa de oreja a oreja me dijo: "Ala Patri, ¡a caminar!". Mi cara, que en un principio era todo un poema, cambió radicalmente de expresión al ver esto...

San Juan de Gaztelugatxe (gaztelu (castillo) y aitz (roca o peña), es decir, peña del castillo), situado entre los pueblos vizcainos de Bakio y Bermeo, cerca del cabo de Matxitxako, es una especie de isla (su definición correcta es tómbolo) rodeada de playas de piedra, y su costa, acantilada, está cubierta de vegetación. Un lugar de obligatoria visita; como suele decirse, un lugar para desconectar. Su grandiosidad, vistas, historia, la paz que trasmite...hacen de éste un sitio mágico.

Después de subir unos 230 escalones, 10 tropezones y dos paradas para reponer fuerzas, por fin llegamos a la cima del islote, donde se encuentra la ermita. Fue entonces cuando me explicaron que la tradición que rodea este lugar manda hacer sonar la campana situada en lo alto del santuario tres veces, a la par que formulas tu deseo. También me contaron como curiosidad que en la base del acantilado, dentro del agua, hay una imagen de la virgen de Begoña (patrona de los vizcaínos) que la sumergieron en 1963 y cada 29 de agosto unos submarinistas le hacen una ofrenda floral. Otra de las cosas que me llamaron la atención mientras subía medio asfixiada son los huecos con forma de huella que hay en las escaleras que dan acceso al islote. Según la tradición, se dice que son las huellas del pie de San Juan, y que poseen propiedades curativas, por lo que la gente metía los pies dentro de los huecos para que se curasen los callos o ponían sus txapelas encima para el dolor de cabeza.
Una vez cumplido el rito popular, (me refiero a lo de la campana, porque callos no tengo ¡eh!) y tras recuperar la respiración, nos dimos una vuelta por la cima buscando la manera de cerrar la boca, y digo esto porque las vistas que te ofrece ese lugar no te dejan un momento en el que no estés boquiabierto u ojiplático. Por un lado, la inmensidad del Cantábrico, relajante y armoniosa, por otro, la costa y su vegetación...parece que estés perdida en el culo del mundo.
Supongo que los que sois de aquí lo conoceréis; para los que vengan de fuera, ya sabéis...os lo recomiendo porque merece la pena.

Yo ya he llevado a mi madre, a mis primos,...a todo el que viene por casa a visitarnos unos días jeje. En fin, os dejo algún enlace para ampliar vuestra información y un video de la ETB (Euskal Telebista o Televisión Pública Vasca) para que entendáis un poco más lo que os he explicado, aunque nada que ver con ir uno mismo y comprobarlo.




SAN JUAN DE GAZTELUGATXE...ESCUCHANDO

1 comentario:

Anónimo dijo...

Patrii!!! Ke honor ser la 1º de este post!!!
Pues totalmente de acuerdo! Yo de pequeña veraneaba en Bakio y sigo yendo a veces, San Juan de Gaztelugatxe es visita obligada a todo forastero y para los no forasteros tambien!!
Me alegro de que te vaya todo bien y aver si quedamos para la noche esa, que el año pasado no pude!! Hay ganas de verte por nuetsra parte tambien!
Por la mañana, de lujo la verdad, aunk con cada elemento por clase... en fin!
Lo de Masas, pues ya nos dejaras los apuntes ke tengas pork pal 1º trabajo ya andamos perdidoosss
Ke estress!
Menuda txapa illa!
Cuidate mucho y espero verte pronto!
Te leere a menudo, seguro!
Un besazooo
Nai